Los horarios de entrada y salida de las escuelas son característicos por generar caos vehicular debido a la doble fila de autos. Bocinas, vehículos que no pueden pasar, peatones que deban caminar obstaculizados, etc. Todo esto es típico en los puntos de la ciudad en que se agrupan varias instituciones educativas.

En el plan de seguridad vial, el Gobierno de la Ciudad incluyó que los entornos de las escuelas sean más seguros y organizados. Para eso, la Subsecretaría de Transporte comenzó a presentar el proyecto Sube y Baja. Que promueve el ordenamiento del tránsito en la entrada y la salida de los colegios en las zonas con mayor flujo vehicular, a través de sugerencias y prácticas de convivencia.

La puesta en práctica del plan quedará supeditada a las necesidades de cada colegio y estimaron que para septiembre próximo 20 escuelas, la mayoría ubicadas en los barrios de Palermo, Belgrano y Caballito, se sumarán al proyecto.

Una de las propuestas es determinar un área exclusiva para la detención de automóviles y otra para el transporte escolar cuya autorización debe ser avalada por la Dirección de Tránsito, este espacio no debe entorpecer la circulación.

Además, se podrían establecer horarios distintos, con diferencia de 10 a 20 minutos, para la llegada o la salida de los alumnos según el medio de transporte con el que asistan a clase y en forma proporcional según la prioridad que tenga cada uno. O también la selección de un acceso diferenciado para los estudiantes que concurran al colegio a pie y/o en bicicleta.

El Colegio Pestalozzi, de Belgrano R, es una de las instituciones pioneras en llevar adelante esta idea. La iniciativa funciona en esta escuela desde 2010, cuando los padres de los estudiantes que asisten a los tres niveles de la institución se mostraron preocupados por la seguridad de sus hijos y por la convivencia con los vecinos. Hay un cartel en una de las entradas que dice «Colabore. Carril exclusivo acceso alumnos». En la vereda del colegio, a lo largo de 70 metros, no hay vehículos estacionados y el espacio está delimitado con conos.
Esta implementación funciona así:

. Los automovilistas que llevan a sus hijos saben qué hacer: toman la dársena especial.

. Unos cinco padres voluntarios los esperan para abrir la puerta del rodado y que así descienda el chico.

. El objetivo es que el auto permanezca detenido el menor tiempo posible; los conductores no se bajan del rodado.

. Los chicos deben tener sus mochilas a mano y no en el baúl para agilizar el trámite.