Boca Juniors, uno de los clubes más populares de Argentina, está de celebración en este día. Cumpliendo 119 años desde su fundación el 3 de abril de 1905, el club «xeneize» guarda en sus páginas momentos emocionantes, leyendas y símbolos que han dejado una marca imborrable en la historia del fútbol.

Según cuenta la leyenda, fueron cinco inmigrantes italianos los que dieron los primeros pasos en la fundación de Boca Juniors. Esteban Baglietto, Alfredo Scarpati, Santiago Sana y los hermanos Juan Antonio y José Teodoro Farenga, sin imaginarlo, iniciaron la escritura de la historia del club en la plaza Solís del barrio de La Boca. Pocos días después, nombraron a Luis Cerezo como primer presidente, debido a que los fundadores eran menores de edad en ese entonces.

Los primeros años del club estuvieron marcados por su vínculo con los fundadores de River Plate, pero fue en esa época donde surgió el apelativo «xeneize», proveniente del dialecto genovés, idioma habitual de los inmigrantes italianos de la región de Liguria que llegaron a La Boca. Un nombre que ha perdurado en el tiempo y que simboliza la identidad del club.

Uno de los íconos emblemáticos de Boca Juniors, el pizzero, tiene su origen en la década de 1930. Durante los días de partido, los vendedores de pizza y fainá se ubicaban frente a los portones de la antigua cancha de Brandsen y Del Cruce para ofrecer su mercadería a los hinchas y visitantes. Una tradición y un sabor que se mantiene hasta el día de hoy en los partidos de Boca.

Otro de los apodos con el que se refieren al club y a sus hinchas es «bostero», que también tiene su origen en el pasado del barrio de La Boca. En aquella época, circulaban carros y chatas con tracción a sangre por las calles, y al encargado de limpiar los caminos llenos de «recuerdos» equinos se le llamaba «bostero». Un apodo con el que los hinchas de Boca Juniors se identifican con orgullo.

En cuanto a la camiseta, el diseño original no era el famoso azul y oro que le caracteriza hoy en día. La camiseta fundacional era blanca con rayas verticales negras, pero con el paso del tiempo, evolucionó hacia el rosado. Fue en un acto de inspiración de uno de sus fundadores, Juan Brlchetto, que trabajaba como portuario, al observar los colores de una bandera sueca ondeando en un buque cercano, que se propuso el cambio a los colores azul y amarillo. Una decisión que fue aceptada por todos y que se ha mantenido hasta el presente.

Boca Juniors, un club que trasciende las fronteras del fútbol argentino, celebra un nuevo aniversario con una historia rica en pasión, identidad y logros.