El virtuoso cantante mexicano dio un buen show en GEBA, cantó sus grandes éxitos, colmó con creces las expectativas de sus fans.
Apenas pasadas las nueve de la noche del viernes, el momento en que estaba programado el primero de los dos conciertos de Luis Miguel en el estadio GEBA, sobrevoló por el lugar el fantasma de la suspensión. Algunas de sus fanáticas, considerando los últimos antecedentes del cantante, pensaron que quizás no saldría a escena. “Si no sale no pasa nada, nos vamos a comer. Lo queremos ver, pero si no está bien …”, se consolaba María, de 41 años, que había llegado con su suegra y su cuñada desde Lanús.
Cuarenta y cinco minutos después de lo anunciado se apagaron las luces y comenzó el show. El cantante mexicano salió a escena sonriente, cantó Qué nivel de mujer y sus fans deliraron de inmediato. Luis Miguel parecía rendir un examen para demostrar que aún sigue vigente, en buen estado de salud y, sobre todas las cosas, dispuesto a reconquistar a sus chicas y sepultar las últimas noticias polémicas.

Foto: La Nacion
Comenzó el recital súper relajado, muy simpático, casi irreconocible. Bailó, saltó, caminó de una punta a la otra del escenario y hasta realizó movimientos sexy.
Extasiadas, las fans bailaron cada tema quizás sin tomar en cuenta algunos problemas vocales, como equívocos tonos de notas o el estirar por demás palabras. En reiteradas oportunidades llegó a destiempo a las letras, tal vez a propósito como un juego para dejar que el público empiece antes que él.
Luis Miguel recorrió la gran mayoría de sus grandes éxitos; realizando compilados de algunas canciones, entonó: Todo y nada, Sabor a mí,Sin ti, Por debajo de la mesa, La gloria eres tú, Bésame mucho, entre otros. Bajó poco del escenario. Apenas unos minutos de oscuridad y silencio entre los temas le alcanzaron para que recuperara el aliento y continuara.
Deje su comentario