La zona sur de la ciudad de Buenos Aires levanta temperatura de la mano de la inseguridad. En el barrio de Parque de los Patricios, a seis cuadras del despacho del Jefe de Gobierno Jorge Macri, una mujer fue víctima de un tremendo asalto el último viernes alrededor de las 16:30.

Lucia estacionó el Peugeot 206, dominio EFU 999, sobre la calle Cátulo Castillo y, momentos después, dos jóvenes se acercaron a pie y como distraídos, por las diferentes aceras.

Uno de los sujetos caminó junto al automóvil y enseguida, con la llegada del cómplice, mostró sus verdaderas intenciones. El delincuente corrió hacia el vehículo, tanteó si la puerta tenía el seguro puesto y amenazó a la muchacha para que baje.

Cuando Lucia se negó a abandonar el habitáculo, el violento le rompió la ventanilla con patadas y accedió al interior.

Los gritos de la víctima alertaron a un vecino que se asomó al balcón y observó como los bestias la arrojaron a la vereda y la golpearon con fiereza. En ese instante agarró lo que tenía a mano, un balde y un trapeador, y se los tiró iracundo.

Al mismo tiempo Lucia, con heridas sangrantes en la cara y la cabeza, se puso de pie e intentó forcejear con el sujeto que estaba detrás del volante. La mujer estaba desesperada y quería sacar a Ana, una gata de dos meses, que estaba en los asientos traseros.

Cuando no pudo abrir la puerta del acompañante, el cómplice dio la vuelta por delante del Peugeot, empujó a Luciana y se metió en el automóvil por la ventanilla destrozada.

Los delincuentes, que no serían desconocidos en la zona, escaparon a toda velocidad y en la primera esquina doblaron a la izquierda para salir en dirección a la Avenida Caseros y la Villa Zavaleta.

Como consecuencia de la violenta palizaLuciana fue asistida en un centro de salud y recibió varios puntos de sutura en el rostro.

La joven realizó la denuncia por el robo del vehículo, y de las diversas pertenencias que tenía en el interior, pero hasta el momento no consiguió recuperar nada de lo sustraído.

«La camioneta blanca que frenó en la mitad de la cuadra seguro estaba con ellos, el conductor vio lo que ocurría y ni siquiera tocó bocina, no les gritó, no hizo nada. Los ladrones escaparon detrás de él», detalló Lucia