Un incendio se produjo en el hotel Canarias del barrio porteño de Barracas donde fueron asesinadas tres mujeres lesbianas por Justo Fernando Barrientos.

Fuentes policiales informaron que el siniestro se desarrolló en el primer piso del inmueble, donde convivían cuatro mujeres -tres fallecieron y una sobrevivió- y el atacante, en un ambiente de 5 por 4 por 3,20 metros de alto de forma generalizada y fue controlado con una línea de 38mm.

Bomberos de la Ciudad y personal del SAME se dirigieron al lugar de los hechos y evacuaron a dos personas, mientras que la Policía Científica realizaba las pericias correspondientes para determinar el origen.

En este contexto, el equipo que asesora a Sofía Castro Riglos, la única sobreviviente del ataque, emitió un comunicado en el que denunció la posible eliminación de evidencias claves para la investigación como consecuencia del incendio que se desató en el hotel.

«Las autoridades no determinaron aún cómo se originó el fuego este jueves, ni informaron que habitaciones y personas fueron afectadas por el incendio», sostiene el escrito, a la vez que señala que el incidente «intimida a los testigos» y acusó al Poder Judicial de «no tener interés en garantizar su protección o que puedan ser hallados para el eventual juicio».

«La destrucción de la prueba, tanto física como los testimonios, podría haberse evitado, mediante la adopción oportuna de medidas judiciales respetuosas de la debida diligencia reforzada que frente a estos casos donde resultan víctimas 4 mujeres en pareja de lesbianas convivientes, el poder judicial está obligado a aplicar y controlar que se cumplan», cuestionó el documento.

Por último, solicitaron que se investigue «la relación de este nuevo fuego con la destrucción de pistas y el encubrimiento del lesbicidio».

Barrientos hostigaba de manera sistemática a las damnificadas por su orientación sexual hasta que el 6 de mayo de 2024 lanzó un explosivo casero en la habitación donde residían y mató a tres de ellas.

El hombre se encuentra acusado por el delito de «homicidio doblemente agravado» y los agravantes que se aplicaron fueron por alevosía y peligro común, mientras que el juez Edmundo Rabbione descartó «el crimen de odio» y tampoco determinó que no hubo «violencia de género».

El magistrado había sido recusado por la particular damnificada dado que la revictimizaba, pero fue ratificado por la Justicia al frente del caso. Luego, Rabbione aceptó a la sobreviviente como querellante y reconoció el vínculo afectivo entre Sofía y y su pareja, quien murió durante la agresión.

Castro Riglos se encuentra «mal» a raíz de que no cuenta más con el cuidado médico del Hospital de Salud Mental Laura Bonaparte tras el despido de los empleados por parte del Ministerio de Salud, según indicaron fuentes de la causa.

Por su parte, la asesora de la sobreviviente, Luli Sánchez, le confirmó a NA que radicaron la denuncia por el incendio, la destrucción de pruebas y encubrimiento ante la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional.

«Estamos a la espera de que nos informen el juzgado y la fiscalía que van a intervenir en esta nueva causa», agregó la abogada.