El ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño confirmó que analiza la caza con aves rapaces (cetrería), en este caso halcones, para controlar la superpoblación de palomas.
La medida comenzaría a implementarse en los barrios más afectados (Retiro y Recoleta) aunque no fue confirmado oficialmente. Además es necesario instalar métodos disuasorios fijos en monumentos, edificios y terrazas para evitar la nidificación así como realizar campañas de divulgación que permitan transmitir a la población información para evitar que se les facilite alimentos», detallaron fuentes de la cartera ambiental.

Son recurrentes los pedidos para su limitación.
En rigor, las palomas no son consideradas una plaga y es, por ende, ilegal eliminarlas. El método de control a través de la inserción de predadores naturales en su hábitat busca esquivar los tiempos legislativos que insumirían modificar la norma que prohíbe el exterminio de palomas domésticas.
Así, el proyecto que está en estudio contempla entrenar tres razas de halcones y no producirá consecuencias ambientales pues es una especie autóctona. «Teniendo en cuenta el nicho ecológico que ocupan las palomas en nuestra ciudad, la mejor estrategia para su control debería centrarse en el ahuyentamiento implementado mediante técnicas de cetrería usando halcones como predadores naturales, y por otro, en el desarrollo de un programa de ordenamiento ambiental que minimice la presencia de factores que favorezcan su proliferación», afirmaron desde el ministerio.
Los vecinos de las zonas mayormente invadidas por palomas las consideran muy invasivas. Además, generan un riesgo sanitario pues su guano puede transmitir ornitosis.