En la conferencia de prensa que ofreció ayer temprano, Macri consideró que luego de la buena elección que hizo en Santa Fe el comediante Miguel Del Sel y de su amplio triunfo en la ballottage porteño, “el proceso natural sería construir una propuesta nacional para el 2015”. En ninguna de las anteriores pudo (o quiso) tomar ese riesgo. La cortísima extensión territorial del PRO en el interior, la falta de candidatos afines en distritos claves, el cálculo conservador y la buena salud electoral del kirchnerismo lo detuvieron por dos veces.
En 2015 tendrá su última chance: la Constitución porteña no le permitirá aspirar a la reelección; será la Casa Rosada o el llano. Con esto en mente, el flamante ganador se debate entre mover el simbólico capital obtenido el domingo al servicio de algún candidato presidencial en octubre o abstenerse de declarar alguna preferencia y comenzar a jugar el siguiente desafío.
Los primeros reflejos después de la victoria parecerían indicar que el ingeniero se inclinará por la segunda opción, aunque dejará a las segundas líneas del PRO realizar las alianzas que consideren en cada caso. Eso, al menos, se desprende de sus declaraciones de ayer, luego de la primera reunión de gabinete post reelección. Allí anunció que dará “libertad de acción” a su gente entre el radical Oscar Aguad y el peronista no kirchnerista José Manuel De la Sota para los comicios de este fin de semana en Córdoba. Un comportamiento similar aplicará a las PASO: aunque una buena parte del PRO hace fuerza para acercarse a Eduardo Duhalde (en algunos distritos la alianza existe formalmente) y hay un sector que preferiría jugar con Ricardo Alfonsín, el mismo Macri ya avisó que “hasta el 14 de agosto” no se decidirá por ningún candidato nacional. Es probable, especulan cerca suyo, que después tampoco lo haga.
En el PRO interpretan que los buenos resultados obtenidos en Santa Fe y Buenos Aires le devolvieron a su líder un rol preponderante en el armado opositor que él mismo había resignado cuando decidió bajarse de la disputa presidencial. Desde otros sectores de la oposición, tanto partidaria como mediática, lo animan a participar más y buscan prenderse de sus éxitos a falta de galardones en la vidriera propia.
Sin embargo, la “ambición del PRO para los próximos cuatro años es armar una propuesta a nivel nacional para el 2015”, insistió Macri en la conferencia de prensa que dio ayer en el viejo edificio de la Italo, reciclado en Centro Cultural en pleno barrio de La Boca, donde el jefe de Gobierno reunió a su gabinete (que no descartó renovar) luego de la victoria del domingo. A esa “ambición” no necesariamente le resulte conveniente una buena performance de un candidato opositor en octubre, ya que catapultaría a un potencial competidor para encabezar la oferta no kirchnerista que hoy en día lo tiene en pole position pero no de cara a las elecciones de este año sino al próximo turno electoral.