Más de 80 mil personas, numerosas ventas generales de artistas argentinos de distintas generaciones y la presencia récord de coleccionistas extranjeros son los números oficiales del cierre de una nueva edición de arteBA, que en su 25 aniversario y luego de cuatro vibrantes jornadas finaliza esta noche en La Rural.
Resulto muy alentadora, la visita de 300 coleccionistas internacionales “entusiasmados con el nivel de calidad del arte argentino”, y la adquisición “récord” de obras de artistas emergentes e históricos por parte de trece museos extranjeros, como Reina Sofía, Tate Modern y Getty Research Institute, entre otros.
“Este año teníamos una buena expectativa en relación a la parte comercial y trabajamos mucho en seguir sumando coleccionismo, trajimos 23 museos, trece de ellos extranjeros, y las galerías no sólo vendieron mucho sino que además generaron nuevos clientes. Y vendieron obras importantes, de varios dígitos”, dijo Converti en referencia a un tema del que muy pocos hablan abiertamente: el precio de las obras de arte.
El Museo Provincial de Bellas Artes «Emilio A. Caraffa» de Córdoba adquirió dos obras: “Retrato” de Victor Florido y un tríptico de óleo sobre cartón de Nahuel Vecino, mientras que el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza adquirió cuatro obras: dos de Hernán Soriano, un collage de Flavia Da Rin y una fotografía de Alberto Goldenstein.
También, se dieron a conocer las ventas a empresas, como la etérea acuarela inspirada en los paisajes del sur argentino de Leopoldo Estol, que junto a obras de Jimena Croceri, Leticia Obeid y Valeria Maggi se suman a la colección de La Rural, así como las adquisiciones del Malba, que incorporó a su acervo la obra “CV laboral” de Ana Gallardo, junto a una instalación de Mariela Scafati y un video de Eduardo Costa. Por su parte, el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén sumó a su acervo “Contenido y Continente”, una escultura de bronce de la artista Noemí Gerstein.
Finalmente, en el balance de esta feria, el Barrio Joven adquirió una impronta mucho más federal con galerías de La Plata, Córdoba, Salta, Mar del Plata, Buenos Aires y espacios latinoamericanos, que a diferencia de otros años apostaron por propuestas si se quiere menos audaces, tal vez en línea con aquello de que el arte contemporáneo se ha profesionalizado más que nunca.
En ese sentido, el espacio más experimental y audaz fue Dixit, curado por Federico Baeza, Lara Marmor y Sebastián Vidal Mackinson, una inmersión enérgica en los últimos 25 años del arte argentino, a través de una propuesta titulada “Oasis”, que incluyo 50 artistas en 900 metros cuadrados.
La feria siempre ocurre más allá de los límites de La Rural, como la reconstrucción de un mural realizado por Kenneth Kemble en 1960, impulsado por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en conjunto con el Distrito de las Artes, ubicado en el ingreso a la feria.
Pero también en distintos puntos de la ciudad, como la exposición de Julio Le Parc -argentino radicado en París- a quien se lo pudo ver por los pasillos de la feria, de visita en el país también para la inauguración de su exposición “Variations autor de la longue marche”, un conjunto de piezas de los años 70 de formas y colores vibrantes, que la casa Hermès eligió para estampar en una serie exclusiva de pañuelos de seda, y que se exhibirá hasta el 29 de mayo en la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, en Puerto Madero.