Es para hacer más fácil la sanción y aplicar el scoring. Hoy es una contravención difícil de probar porque en la enorme mayoría de los casos no hay testigos y la causa se archiva.
Las normas de tránsito no siempre consiguen el objetivo deseado. Ese fenómeno, en general, se asocia a la falta de cumplimiento o a la debilidad de los controles. En el caso de la violación de luz roja, en cambio, los cambios que impulsa el Gobierno porteño responden a «dificultades en su aplicación». Dicho de otra manera: actualmente, la enorme mayoría de las causas se archivan por falta de testigos. Ahora, se propone que esa infracción no sea más una contravención y que quede reducida a una falta. De esa manera, la multa será menor y ya no habrá penas de arresto. Pero será más fácil descontar los puntos del scoring para penalizar al infractor.
Un proyecto propuesto por el Ejecutivo plantea derogar el artículo 113 bis del Código Contravencional, que sanciona la violación de luz con una multa de 300 a 3.000 pesos o 1 a 5 días de arresto. «En la práctica se hacía casi imposible probar que pasaban en rojo y por lo tanto no había penas», resumió el legislador macrista Martín Ocampo. La iniciativa, en sus fundamentos, habla directamente de «una casi total impunidad». Para el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, «los resultados demostraron que la norma es inaplicable, con lo cual se pierde el objetivo principal que es educar a los automovilistas».
Según datos oficiales, el año pasado se labraron 2.287 actas contravencionales (se detiene el conductor y se lo identifica) y en lo que va de 2010 se hicieron otras 377. Pero en todo ese tiempo se registraron apenas 38 condenas (muchos como juicios abreviados). La explicación para ese 2% es muy sencilla. Los jueces reclaman la presencia de dos testigos para llevar a juicio las causas, lo que se tornaba «imposible», según confirmó un fiscal contravencional y un funcionario del Ministerio de Justicia.
Además, no tienen en cuenta a los agentes de tránsito como testigos del hecho. En un fallo que indignó a varios funcionarios, un camarista de la Sala III de la Cámara Contravencional dijo que los agentes son «testigos sospechosos» porque tienen un «interés específico» en la causa. «El argumento no me parece válido, pero igualmente los agentes no servían como testigos, cada vez que eran citados declaraban que no se acordaban los detalles del hecho», evaluó un fiscal. Por eso, muchas de las causas que llegan a los Tribunales terminan en una probation (suspensión del juicio a prueba). Y la enorme mayoría, el 86,3%, se archivan.
Al no haber condenas, el descuento de puntos prácticamente no existe. Según datos a los que accedió Clarín, en 2009 por violación de luz roja apenas se descontaron 360 puntos a 72 personas (son 5 puntos por cada infracción). Y en lo que va de este año sumaron otros 350 puntos descontados. Es muy poco comparado con otras infracciones incluidas en el scoring.
Si se aprueba la reforma, que tendría dictamen esta semana en la comisión de Justicia de la Legislatura, según adelantó su titular, Gerardo Ingaramo (Pro), ya no será necesaria la sentencia judicial para restar puntos. «Vamos a seguir con las postas y cada vez que identifiquemos a un infractor se les descontarán los puntos de manera automática», explicó el subsecretario de Seguridad porteño Matías Molinero.
Desde 2008, cuando se sancionó la ley de scoring, la violación de luz roja es castigada como contravención o como falta. En este último caso, la causa quedan en manos de un controlador de faltas y el proceso es administrativo. El Código prevé una multa de 150 a 1.500 unidades fijas (que equivalen hoy respectivamente a 180 y 1.800 pesos) para esa infracción. Aunque la pena es menor a la contravención, la falta es el castigo más aplicado porque no requiere la identificación del conductor. En 2009, se realizaron 20.321 actas de comprobación contra apenas 2.287 contravenciones.