Desde el 1 de octubre las actividades religiosas en lugares cerrados pueden realizarse sin límite de aforo, manteniendo las medidas de prevención, tapaboca, distancia y ventilación.

Se amplía al 100 por ciento la capacidad de los templos sin máximo de personas.

El nuevo protocolo para las celebraciones religiosas dentro de los templos dispone el uso obligatorio de tapabocas y no permite la realización de actividades que impliquen contacto físico. Asimismo, establece recomendaciones generales de cuidado tales como: mantener en todo momento la distancia interpersonal; la correcta desinfección y ventilación del espacio; evitar compartir elementos o materiales; la importancia de la higiene de manos y control de temperatura entre los concurrentes; la utilización de turnos y horarios para otro tipo de actividades; entre otros aspectos claves.