Fue un finde para valientes, con un line up que nos tenía corriendo de un lado al otro del Hipódromo de San Isidro.

Mucho pogo, mucho coro y muchas bandas en 3 fechas que nos devolvieron ese mood de festivales que tanto extrañábamos.

Familias, grupos de amigos, gente sola, el Lolla es de esos festivales en los que te divertís sin excusas. La organización vale destacar que fue perfecta, los ingresos muy ordenados, los espacios muy bien pensados y la salida incluso fue prolija en los accesos a los trenes que funcionaron en horario especial para el evento.

Los puestos de comida incluyeron todo tipo de opciones y variedad para veganos, vegetarianos y celíacos.

Las filas eran largas pero no tan tremendas. El pago de todo se hacía mediante la pulsera, que se podía cargar con dinero con mucha facilidad en los puestos o desde la web.

Entre un público cantando absolutamente todo se pudo escuchar varias veces el pedido de volumen porque varios artistas estaban muy bajos y costaba escucharlos. LP en el día 2 fue uno de los casos en los que costaba seguir los primeros temas.

Se extrañaban este tipo de eventos, disfrutar así tanta música al aire libre, las experiencias de las marcas y las caras de felicidad antes cada propuesta.

Fue todo lo que esperábamos y vamos.

Hasta el año que viene!